El ají es el fruto de las plantas del género Capsicum, miembros de la familia de las solanáceas (Solanaceae) y que están relacionadas con los tomates, las cerezas y las berenjenas. Se caracterizan por contener capsaicina, sustancia que le da su picor característico, que puede ir de suave a intenso.
Las plantas de ají provienen originalmente de América del Sur, y están clasificadas como una fruta, no como un vegetal. Cultivada más ampliamente en México, allí se produce aún la mayor variedad, aunque también se cultivan en todo el mundo.
Como mencionamos, su sabor picante proviene de un compuesto llamado capsaicina, que no se encuentra en ninguna otra planta más que en el ají. ¡Una poderosa ventaja que le da uno de los mejores sabores del mundo!
Además, es una rica fuente de vitamina C, vitaminas A y E, potasio y ácido fólico. También ayuda con la pérdida de peso al reducir el apetito y acelerar el metabolismo. Y, gracias a su picor característico, es excelente para despejar los senos paranasales (nariz congestionada).
Usar el ají seco es una excelente manera de almacenarlo durante largo tiempo y también una manera muy práctica de añadir ají a tu despensa. ¡Agregarlo a tu comida todos los días podría ayudar a un sistema digestivo saludable!
Para usarlos en su forma seca, puedes triturarlos para hacer tu propio ají en polvo, o puedes mantenerlos enteros y usarlos de una manera similar a un tomate deshidratado. También se pueden rehidratar con agua caliente y van muy bien con muchas recetas.
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